Tal vez a lo largo de tu vida has sentido que algo ha faltado en la misma, y ese algo es intangible y casi imposible de identificar.
Reconoces que tienes todas tus necesidades básicas suplidas, pero emocionalmente nunca te has sentido apoyado, entonces te sientes invisible, olvidado y poco aceptado por ser quién eres en realidad. Y este es un síntoma de un adolescente o adulto que creció con padres que no estuvieron emocionalmente disponibles para ellos, no siempre, pero la mayoría de las veces.
Si te identificas con lo anterior, sigue leyendo, tal vez puedas identificar más elementos que hagan clic con tu historia.
Tal vez desde temprana edad, terminaste asumiendo responsabilidades de adultos o siendo padres de tus padres. Te señalaron de ser muy sensible, no fue una posibilidad contar con un lugar seguro donde expresar genuinamente tus emociones, el ambiente en el que creciste se sentía impredecible, y por mucho amor que le tengas a tu familia, sabes que no son un recurso sino un detonante de estrés.
A medida que creces, estos comportamientos pueden conducir al abandono de tí mismo, al poner constantemente a los demás en primer lugar. Es así como se terminan involucrados repetidamente en relaciones desequilibradas, haciendo todo el trabajo emocional, con personas que explotan tu generosidad, motivado por el deseo constante de una conexión emocional, que no se conoce realmente cómo debe ser, pero se suple con idealizaciones personales.
“Si hago más, tal vez finalmente sea suficiente y satisfagan mis necesidades emocionales”, puedes decirte a ti mismo, mientras te mantienes en la lucha constante por hacer funcionar relaciones poco saludables, o aún peor, sentirte capaz de salvar a los demás. La necesidad hambrienta de ser necesitado resulta en una constante represión emocional, enmascarando tu verdadera naturaleza, reduciendo los límites personales y temiendo al resentimiento de los demás que los cruzan constantemente.
Ya sé que hasta ahora he mencionado muchos elementos dolorosos para ti, créeme cuando te digo que te entiendo. Pero como siempre afirmo, cuando comprendemos, ya tenemos la problemática entre ojos y el proceso de cambio puede ser alcanzable y consciente.