La disociación puede ser un tema confuso para la salud mental, pero está claro que muchas personas han experimentado disociación de alguna manera, ya que se define como una experiencia de distanciamiento con la realidad. Por ejemplo, cuando soñamos despiertos, nos disociamos de nuestra realidad presente y de lo que está frente a nosotros. Pero a menudo somos capaces de volver a un estado de ánimo consciente casi en un instante. Sin embargo, la disociación que es el resultado de una enfermedad mental relacionada con el trauma es una expresión bastante diferente.
¿Cuáles son las causas de la disociación?
A nivel general, se afirma que la disociación es una forma en la que la mente le da manejo a cantidades elevadas de estrés y sobre las cuales no se tienen las habilidades de afrontamiento adecuadas para regular, por lo cual, para minimizar el daño a esa persona a largo plazo, el cuerpo y la mente se disocian, como último recurso, y «protege» del sufrimiento en la experiencia que se está sobrellevando en ese momento.
Es como el botón rojo detrás del cristal que dice «romper solo en caso de emergencia».
La disociación es un mecanismo de afrontamiento que, cuando surge como consecuencia de una experiencia traumática, puede convertirse en la forma como se lidia con situaciones futuras. Sin embargo, debido a que el cuerpo está tan interesado en protegerse del daño, puede activar sus señales de peligro en situaciones que parecen similares, pero que son en momentos o contextos diferentes.
En resumen, podemos disociarnos incluso cuando no hay peligro real presente, debido a la voluntad del cuerpo de protegerse del daño. Y así, las personas que se disocian durante eventos traumáticos son mucho más propensas a desarrollar un patrón de disociación como estrategia de afrontamiento en el futuro.
Señales para reconocer que estás disociando
La disociación se puede presentar de manera diferente según varios factores, como el evento traumático, el nivel de salud mental de la persona y la gravedad de los factores que hacen que experimente un episodio. Estos son algunos de los síntomas más comunes:
- Sentirse desconectado de uno mismo y de su cuerpo.
- Dificultad para procesar emociones, principalmente las fuertes.
- Dificultad para asimilar la información que provea el contexto en el que se desarrolla
- Cambios repentinos e inesperados en el estado de ánimo.
- La necesidad de alejarse o evitar elementos que causen activación emocional.
- Sentir que el mundo está distorsionado.
- Problemas de memoria y problemas para recordar información que normalmente no tendría problemas
Estrategias para manejar la disociación
La disociación puede ser algo difícil de comprender, y si no se está al tanto de la mecánica de lo que está sucediendo, se puede asumir que se está volviendo loco. Cuando, en realidad, lo que estás experimentando son respuestas o reacciones de un evento desagradable o traumático que sucedió en el pasado. Puede ser un largo camino para sanar de un trauma disociativo. Y lo más probable es que necesite la ayuda de terapia psicológica. Pero si esa no es una opción a corto plazo, o si hay algo más que impide buscar ayuda, existen algunas técnicas de autorregulación que pueden ayudar.
Técnicas de GROUNDING
El objetivo con esta técnica es reconectar con la sensación sentida de su cuerpo y su entorno, lo que puede ser más difícil de lograr dependiendo de la intensidad de su activación. Algunas maneras de hacerlo son:
- Estimulación sensorial: puedes intentarlo de la manera que creas, que funciona mejor para ti… Pero, esencialmente, la idea es animarse a reconectar con el cuerpo mediante el uso de estímulos externos. Entonces, se pueden usar diferentes recursos como, por ejemplo, con el tacto, tomar un objeto familiar o importante. Con la visión, observar algunas fotografías. O auditiva, prestarle atención a una canción que pueda escuchar en ese momento. Es importante la sensación de fisicalidad a través del cuerpo.
- Técnicas de respiración: se puede usar la mayoría de los ejercicios de respiración de atención plena para el estrés leve a moderado, pero es posible que no sean tan efectivos con niveles intensos de disociación. Si se va a incorporar la respiración como una estrategia de conexión a tierra, es importante que no la descarte después del primer intento, ya que puede ser una herramienta muy eficaz para la autorregulación y es posible que haya encontrado una.